No tiene cura, pero sí tiene tratamiento. El tratamiento más importante es el manejo de la comida: identificar desde la parte de la alimentación qué es lo que le hace más daño y evitar las grasas y los fritos. Además de comer buena cantidad de fruta.
Hay varios regímenes de medicamentos como antiespasmódicos, antidepresivos, laxantes o -en su defecto- para frenar la materia fecal y otros tipos de medicamentos pero estos deben ser formulados por su médico tratante.