El cáncer de colon usualmente se diagnostica por medio de una colonoscopia, visualizando directamente la lesión y tomando biopsia de la misma para realizar estudios patológicos. Después de hacer el diagnóstico se toman estudios complementarios como tomografías contrastadas en las que se ve la morfología del sistema linfático y de esta forma se trata de establecer si ya ha ocurrido metástasis a este sistema.