Durante el embarazo es recomendable reducir la ingesta de té o sustituirlo por té de hierbas.
Se ha demostrado que el té causa afecciones en el organismo, evita la absorción del calcio y hierro, produce irritación gástrica e inclusive su consumo excesivo puede provocar un aborto al ser estimulante del útero.
En cantidades moderadas puede optarse por las hierbas "inofensivas": el té de jengibre (ayuda a combatir las náuseas durante los primeros meses), tomillo, menta y cebada tostada. Las hierbas que no se deben consumir durante el embarazo y la lactancia son: anís, muérdago, manzanilla, poleo, romero, hinojo, salvia, ortiga, gatera, flor de Jamaica, marrubio, hierba Luisa, raíz de Regaliz, estafiate, ruda, verbena, perejil, té verde y rojo.