El herpes zóster es el mismo virus que causa la varicela. Es común que los primeros síntomas sean malestar general, fiebre, tos o moco, por lo que a veces se confunde con un cuadro gripal ya que la "erupción" se presenta entre los 10 y 14 días aproximadamente del contagio.
Una vez que alguien tuvo varicela, el virus (herpes zóster) queda inactivo en el cuerpo y en algunas ocasiones puede reactivarse (a veces varios años después) como si diera varicela en una zona específica solamente, siendo las más frecuentes la cara (un solo lado), el pecho o espalda (en medio cinturón).
En este caso el primer síntoma suele ser la "erupción", aunque se acompaña de dolor. No hay tratamiento preventivo ni vacuna para esta segunda fase, por lo que de presentarse el tratamiento tendrá que ir dirigido a los síntomas que se presenten.