La manipulación a nivel genital por la cirugía facilita un disbalance en la microbiota local, generando cambios en el flujo que podrán ser pasajeros o avanzar a una infección vaginal.
Si los síntomas persisten, aparece mal olor, rasquiña o irritación solicite valoración médica. Asista a controles postoperatorios para determinar la necesidad de tratamientos adicionales.