Una temperatura por encima de 37 ºC y por debajo de 38 ºC durante las 24 horas del día (persistente) se considera febrícula. Las temperaturas a partir de 38 ºC se consideran fiebre, pero generalmente las temperaturas entre 38 y 38.7 ºC se pueden manejar en casa.
Ahora bien, si la paciente presenta una temperatura de 38.8 ºC o más se requiere determinar la causa y establecer el tratamiento médico prontamente. Es importante anotar que la temperatura varía durante el día y esto se considera normal. Por supuesto si cubre demasiado a su hija, esto favorecerá aumentos de temperatura que no deberían llegar a 38.8 ºC.
Finalmente, dado que ya le han valorado 2 médicos presencialmente y han descartado que su hija tenga alguna condición médica, puede estar tranquila.