La presencia de cistocele o vejiga caída puede generar molestias a nivel vaginal así como irritación o predisposición a infecciones urinarias. Si bien las molestias vaginales son un síntoma asociado, no son necesarias para su presencia y si es persistente debería ser valorada para descartar igualmente una infección vaginal concomitante.
De acuerdo al grado de protrusión o caída de la vejiga se podrá emplear un manejo conservador basado en los ejercicios de fortalecimiento del piso pélvico (ejercicios de Kegel) o una corrección quirúrgica.