Ambos son métodos apropiados, siendo los hallazgos ecográficos poco presentes en una ecografía muy temprana (menos de 3 semanas). Sin embargo la prueba de sangre mide una hormona que se encuentra en cantidades considerables posterior a 10 días de la relación de riesgo.
Su resultado debe ser complementado posteriormente con una prueba ecográfica para evaluar las características del embarazo.