No hay una contraindicación directa para la realización de viajes con los menores de 3 meses, pero existe mayor susceptibilidad a los cambios de altura y presión que podrán generar molestias y -en menor grado- complicaciones de salud.
Si el viaje es necesario puede realizarlo si el menor no presenta alguna patología de base, si el viaje es opcional recomendaría esperar un poco más antes de hacerlo.