El vinagre se utiliza como remedio tradicional para tratar muchas enfermedades o justamente para evitarlas, ya que facilita la absorción del hierro. Además se le ha relacionado con mejoras en el control del peso, de la diabetes e incluso de la hipertensión.
Sin embargo, todo ello no se ha demostrado o no tiene un efecto tan importante como para que pueda considerarse como si el vinagre fuera un medicamento.
Si el consumo es limitado, como por ejemplo utilizándolo como aliño en ensaladas, no debería de problema. Si por el contrario lo toma a cucharadas, lo que efectivamente puede producir es que su leche se vuelva un poco más ácida produciendo reflujo en el bebé.
Lo que les recomendaría es que estuvieran pendientes de si su bebé ha comenzado a presentar reflujo (vómito fácil después del alimento) a partir de que su esposa consume el vinagre. Si esto ha ocurrido, debe suspender el vinagre. Lo mismo pasa con los cítricos, por ejemplo, y no por ello están contraindicados durante la lactancia.