La persona debe iniciar la terapia antirretroviral tan pronto como se hace la detección del virus en sangre.
Esto debido a que el VIH es una enfermedad que se encarga de debilitar el sistema inmune y ataca los linfocitos T CD4 que son los encargados de defendernos contra las infecciones. Si el virus se replica, cada vez se tendrán menos células para combatir infecciones y la persona estará expuesto a un millón de enfermedades, las cuales incluyen algunas que bajo condiciones normales, no afectarían nuestro cuerpo, pero al tener las defensas bajas nuestro cuerpo no logra combatirlas.
Cuando se inicia el manejo con antirretrovirales, se detiene la replicación del virus y el sistema inmune puede tomar fuerza y arrancar haciendo que la carga del virus disminuya y las células defensoras aumenten. Por este motivo es pertinente que el tratamiento se inicie cuanto antes, sea que el diagnóstico se haga de manera temprana o tardía.