Quiere decir que cada cucharada (la cual es una cuchara medidora que generalmente trae el producto) alcanza para 2 onzas (60 ml). La recomendación general es que primero debe medir el agua y posteriormente adicionar las cucharadas de leche. Recuerde siempre lavar adecuadamente los utensilios con los que prepara el alimento, para evitar la transmisión de microorganismos que pueden ser dañinos para el bebé.