A un hombre habría que tomarle una muestra de secreción del pene, lo que usualmente se realiza introduciendo una especie de cucharilla o algodón por la uretra (que es por donde eyacula).
A la mujer se le realiza un exudado vaginal, aunque se puede aprovechar para hacer la citología. Es una práctica habitual indicar tratamiento a la pareja al diagnosticar a uno de los dos.