La prueba sanguínea lo que confirma es el haber estado alguna vez infectado por el germen, mientras que la prueba de secreción mostraría el crecimiento o no del germen.
Ambas pruebas son confiables y ayudan para el diagnóstico. Lo anterior debe ser siempre interpretado junto al examen físico y la historia clínica del paciente. Por lo anterior recomiendo consultar al médico tratante para aclarar dudas con base en los exámenes.