La exposición solar se asocia a un fenómeno de fotoenvejecimiento que a nivel cutáneo puede asociarse a la aparición de cambios como manchas, igualmente pueden aparecer lesiones secundarias al daño solar.
Es importante que la forma de estas sea regular, no crezcan, tengan un color uniforme y una forma medianamente simétrica. Si esto no ocurre es necesaria una valoración de las mismas por el médico tratante.