El tatuaje se realiza por medio de microlesiones en la piel que ingresan tinta, esto genera un daño que requiere reparación. El hecho de sufrir de diabetes predispone a infecciones y genera una recuperación de la piel más lenta. La decisión de hacerse o no tatuajes es individual, pero por su condición de base tiene más riesgo de infectarse y de que la recuperación sea más lenta.