Si usted se quitó la verruga y tiene sangrado, la principal medida para contenerlo es con la aplicación de presión con una gasa estéril y poner hielo local. Esa presión debe ser constante y no debe retirar la gasa durante un tiempo. Si a pesar de ello el sangrado continúa, usted debe ser valorado por un médico para que determine si necesita poner puntos o utilizar otro método para detener la hemorragia.