Los estados de hiperglicemia (azúcar elevada) generan un estado pro-inflamatorio sobre todos los tejidos del cuerpo. Al activarse las vías de inflamación a nivel del endotelio (una de las capas de los vasos sanguíneos, la cual se considera un órgano debido a sus múltiples funciones) se secretan sustancias inflamatorias (TNF, prostaglandinas, tromboxanos) las cuales atraen células de defensa sobre el endotelio. Cuando esos estados pro-inflamatorios se perpetúan en el tiempo se genera una fibrosis y un deterioro generalizado de los vasos sanguíneos, lo cual explica por qué los estados hiperglicémicos generan un daño irreversible del tejido vascular.
Por lo cual se hace de suma importancia el control del azúcar en todo paciente, tanto con medidas no farmacológicas (dieta, ejercicio, hábitos saludables) como farmacológicas (medicamentos).