Lo más importante es estar pendiente que la temperatura no se le suba lo suficiente para producir la convulsión febril, esto mediante la toma constante de la temperatura con el termómetro (ojalá de mercurio). Si no se puede entonces con el digital.
Normalmente, las infecciones producen picos febriles pero si el niño no ha presentado antes convulsiones febriles es improbable que las vaya a desarrollar a esta edad.
Recuerde que apenas se detecte la fiebre se debe administrar Acetaminofén según el peso del niño. Si la fiebre es persistente o convulsiona debe acudir por urgencias. Generalmente no se usan anticonvulsivantes para manejar estos episodios a menos que sean recurrentes.