Los cambios bruscos de luz pueden generar modificaciones temporales de la percepción visual en respuesta a la adaptación de las células de la retina, usualmente un proceso rápido y pasajero. Si las luces que aprecia se mantienen de forma permanente o su presencia es marcada independientemente de los cambios de luz, es recomendable que asista a valoración médica para descartar alteraciones del nervio o corteza óptica.