Los suspiros no se consideran un signo de alarma y pueden ser normales, sin embargo siempre debe estar pendiente de aspectos que pueden alarmar sobre una enfermedad respiratoria como son: más de 30 respiraciones por minuto, que durante la respiración se presente hundimiento por debajo o entre las costillas, que llore y se ponga azul o que esté demasiado irritable y no se calme con la madre... motivos que sí deberían motivar una consulta inmediata al médico.