Los abscesos son acumulaciones de pus (material purulento producto del ataque que hace el sistema inmune a las infecciones), cuando ocurren en la piel o áreas accesibles, se puede realizar un drenaje que consiste en realizar un orificio o ampliar uno existente sobre el sitio de la lesión y aumentar la presión del mismo (oprimiendo) para extraer todo el material presente y de esta forma acelerar el proceso de recuperación.