La limitación en el consumo de carnes rojas se refiere principalmente a las de origen vacuno, cordero o buey; se asocia a la amplia presencia de mioglobina que brinda dicha coloración y su degradación y metabolismo en el cuerpo se asocia a un aumento del ácido úrico, cuya excreción se disminuye en la enfermedad renal. El salmón posee un color anaranjado-rosado secundario a la mezcla de factores genéticos y la presencia de un carotenoide administrado durante su alimentación, por lo que no habrían mayores limitantes para su consumo por dicho aspecto. Pescados como el atún, cuya mayor necesidad de movimiento condicionan una mayor concentración de mioglobina en sus músculos, deben limitarse en su consumo por su condición.