La talla final que se alcanzará está determinada genéticamente, por lo tanto, si se tiene familia de talla baja, lo más probable es que también se sea de talla baja. Existen factores que podrían retrasar el crecimiento, como una desnutrición o un pobre aporte alimentario. La alimentación balanceada y adecuada permitirá que se crezca la talla máxima que genéticamente se le permite. El ejercicio ayudará a tonificar los músculos y a aumentar la fuerza de los huesos, pero no aumentará el crecimiento total. Solo en casos de enanismos o tallas bajas extremas por alteraciones hormonales, el endocrinólogo puede administrar hormonas que aumentarán la talla, ésto en si se identifica desde edades tempranas.