Por el momento no hay de qué preocuparse, se debe estar pendiente de si estas deposiciones se tornan abundantes en volumen y frecuencia, y si presentan sangre, moco u olor muy fétido que hagan sospechar una diarrea infecciosa; continuar con la alimentación normal del bebé y tener una conducta expectante / vigilante; con lo anterior, si también se llega a presentar fiebre, entonces lo mejor es consultar y evaluar al bebé.