Durante la actividad física existe una redistribución del flujo sanguíneo a las zonas del cuerpo con mayor demanda, en este caso los músculos, principalmente piernas, dorso y brazos de acuerdo al tipo de ejercicio. Al presentarse esta redistribución, zonas del cuerpo con mayor demanda como la piel o el rostro pueden reducir temporalmente la cantidad de sangre que pasa, dando la impresión de palidez. Esto es un poco variable entre cada individuo, pero podría explicar la situación.