Los cambios morfológicos que se presentan en las cavidades del corazón, como en este caso en las aurículas, suelen ser consecuencia de enfermedades y condiciones propias del paciente. Realizando un adecuado seguimiento y tratamiento de esas enfermedades que generaron la dilatación, se puede disminuir la velocidad o detener el avance de la dilatación, pero es poco probable que haya una involución de los cambios.