Las hipótesis más aceptadas sobre la fisiopatología de la ELA son del tipo autoinmune; sin embargo, a la fecha no está totalmente esclarecido por lo que, aunque es poco probable, no podría afirmarse que no tenga relación. Mantener un control periódico con neurología, fisiatría y demás especialidades afines es indispensable. En los últimos años se viene implementando el uso de un marcapasos diafragmático para etapas avanzadas de la enfermedad.