Los niveles bajos de oxígeno o hipoxemia corresponden a una disminución del oxígeno en la sangre que puede darse por alteraciones a nivel pulmonar o cardiaco, lo que provoca que haya menor oxígeno para las diferentes células del organismo y afecta su funcionamiento normal.
Lo anterior puede ocurrir en múltiples condiciones o enfermedades como respiración superficial o hiperventilación, enfermedades del corazón como por ejemplo un infarto, apnea del sueño, anemia, asma y enfermedad obstructiva crónica entre otras.
Las personas que cursan con niveles bajos de oxígeno pueden presentar síntomas como respiración rápida, hundimiento de las costillas al respirar, sensación de ahogo, mareos o náuseas, aleteo nasal o movimientos de las alas de la nariz, cambios en la coloración de la piel, convulsiones, fatiga o dolor en el pecho. Antes la aparición de alguno de los síntomas o signos anteriores es necesario acudir al servicio de urgencias.
El tratamiento de los niveles bajos de oxígeno dependerá de la causa.
Si usted presenta los siguientes signos de alarma debe consultar a urgencias: