Se caracteriza por ser una fiebre que no cesa espontáneamente y persiste durante más tiempo del esperado. Aparece en las enfermedades infecciosas más frecuentes y severas, cuyas causas no se han podido determinar con el procedimiento diagnóstico rutinario.
Si se relaciona la fiebre persistente al término de fiebre de origen o causa no conocida, se deben cumplir tres criterios para poder referirse a ello. Debe tratarse de una fiebre cuantificada en varias ocasiones mayor de 38,3 °C, fiebre durante más de 3 semanas y que además no se haya conseguido establecer la causa o el diagnóstico no es evidente a pesar de la realización de diagnósticos rutinarios durante aproximadamente una semana. También se puede considerar que no se ha establecido su causa en más de tres días de estudio hospitalario o en más de 3 visitas al servicio médico ambulatorio.
Acudir al médico si: