Como cualquier otra intervención quirúrgica, se tienen riesgos inherentes a la misma, bien sea relacionados con la anestesia o con el procedimiento en sí. Entre los que se pueden contar son desarrollo de una nueva estenosis, no conseguir mejoría en la calidad miccional, incontinencia urinaria, fístulas uretrales, entre otras. De acuerdo a la situación clínica del paciente y antecedentes se puede complicar la intervención o agravar el postoperatorio.