El metabolismo es un conjunto de procesos físicos y químicos que ocurren en las células, que convierten a los nutrientes de los alimentos en la energía necesaria para que el cuerpo cumpla con todas sus funciones vitales: respirar, hacer la digestión, hacer circular la sangre, mantener la temperatura corporal y eliminar los desechos (a través de la orina y las heces).
Es decir, no sólo utilizamos esa energía para movernos y pensar, sino también cuando estamos en reposo. Puede lograrlo desayunando siempre, controlando la ingesta de grasa. Coma cada 3 o 4 horas comidas pequeñas, así no llega con tanta hambre a la siguiente ración y la hace más pequeña. Cene temprano, por lo menos 3 horas antes de irse a la cama y que no sean carbohidratos. Tener una pequeña rutina de ejercicio diario ayuda.