Es una recomendación que los bebés tengan exposición a la luz solar, especialmente durante el primer mes de vida. Esto disminuye las bilirrubinas y por lo tanto la coloración amarillenta. Puede exponerlo en las primeras horas de la mañana o al final de la tarde, en todo caso, evitando el sol de medio día ya que es el más fuerte del día y puede quemarlo. Es importante que las exposiciones sean cortas, 10-15 minutos y siempre vigiladas.