Los síntomas básicos de una infección suelen estar dados por: dolor en aumento, eritema (enrojecimiento), edema (inflamación), salida de pus, limitación funcional, malestar general, fiebre (temperatura mayor a 38.2 °C), taquicardia (frecuencia de latido del corazón más rápida), taquipnea (frecuencia de respiración más rápida).