Las picaduras de mosquitos generan una respuesta en la piel que hace que un tipo de células (mastocitos) liberen histamina, la cual genera la sensación de prurito (piquiña), además activa la respuesta inflamatoria para que células se muevan hacia ese sitio. La mayoría de picaduras no se infectan y se resuelven solas. Rascarse estimula y promueve que se siga liberando histamina lo que hace que tarde más en curar y existe el riesgo de que se infecte. Para disminuir la sensación de rasquiña (prurito) se pueden utilizar antihistamínicos como la loratadina y geles de aplicación tópica como el Caladryl ®. El tipo de medicamentos, la dosis y frecuencia, debe ser dada por un médico después de una consulta presencial.