Las reacciones secundarias más frecuentes con el uso del Mazindol son sequedad de boca, nerviosismo, constipación (posiblemente debido a los cambios en los hábitos alimentarios) y trastornos del sueño. Efectos secundarios menos frecuentes son náuseas, vómito, cefalea, mareo, taquicardia, reversibles de la micción de la función sexual y de la sudoración. En casos aislados se han registrado erupciones cutáneas, dolor precordial, diarrea y mal sabor de boca.
Recuerde que el Mazindol debe administrarse bajo vigilancia médica y con indicaciones específicas.