Más que endurecersen se tornan flácidos debido a la pérdida de inervación que se presenta en la parálisis facial, por eso los músculos de la cara se ven caídos (párpados y comisuras labiales, especialmente) y la cara inexpresiva.
Cuando los músculos de la cara se tensan es por un espasmo de los mismos, tal como sucede -por ejemplo- en la risa llamada sardónica del tétano.