Quizás es la forma o la posición en la que tienen la relación sexual la causal de sus molestias. Si son relaciones sexuales muy vigorosas se puede eventualmente lesionar la mucosa vaginal y sangrar o incluso maltratar el cuello uterino y causar lo mismo.
En otras ocasiones el sangrado puede deberse a alguna lesión del endometrio o el útero (pólipos o miomas, por ejemplo). El vaginismo también puede ser una causa de las molestias dolorosas, aunque el vaginismo se caracteriza porque no es fácil penetrar la vagina y ese no parece ser su caso.