La insulina se aplica de forma subuctánea, puede venir para aplicación con jeringa o lapicero. Para favorecer la aplicación correcta, le brindaremos algunas recomendaciones; este proceso tarda poco tiempo y no es muy doloroso.
Para aplicación con jeringa tenga en cuenta:
- Verifique que el medicamento sea el correcto, agítelo, y llene la jeringa con las unidades a administrar.
- Debe buscar una región donde haya grasa, como abdomen o muslos.
- Limpie el área en donde se va aplicar el medicamento.
- Con la mano que no va a aplicar la insulina, pellizque suavemente la zona (como coger el gordito).
- Con la otra mano, agarre firmemente la jeringa con el bisel (abertura de la aguja) hacia arriba e introduzcala en un ángulo aproximado de 45° (ligeramente inclinada).
- Compruebe que está bien posicionada la aguja, intentando succionar la aguja, si está bien posicionada no lo logrará, si está mal posicionada saldrá sangre. Si sale sangre reubique la aguja.
- Aplique las unidades indicadas por su médico.
- Retire la aguja y haga presión en la zona durante unos segundos, sin masajear.
- Recuerde desechar en un lugar seguro la aguja (esta no se debe volver a usar).
Si su insulina viene en lapicero, es mucho más sencillo de aplicar, los pasos son:
- Retire el capuchón.
- Agite al insulina.
- Coloque la aguja del dispositivo.
- Ajuste la cantidad de unidades requeridas en el lapicero.
- Inserte la aguja en la piel de una zona grasa, como abdomen o muslos y apriete el botón de inyectar hasta el fondo; cuente hasta 10 para que las unidades de insulina a administrar se depositen correctamente.
-Retire la aguja, deséchela y ponga el capuchón de su lapicero.
En cualquiera de los dos casos, recuerde que la insulina debe almancenarse en un sitio fresco, como la puerta de la nevera.