Lo primero que hay que hacer es dar el medicamento diariamente y sin falta como se ha formulado, establecer si está controlada o no, tener controles con su neuropediatra, realizar paraclínicos cuando se los soliciten. Si las convulsiones no están controladas, se podría pensar en un cambio de medicamento o en un aumento de la dosis, pero eso depende de la evolución de la paciente y del control de las mismas.