Se sugiere ser muy precavido y consultar con el médico tratante. Es muy probable que el riesgo sea mucho mayor que el beneficio, se puede consultar con urología para tener una mejor asesoría teniendo en cuenta los antecedentes médicos e iniciar una terapia para la disfunción eréctil que no afecte la salud ni tenga interacciones medicamentosas indeseables o peligrosas con el tratamiento actual. No es seguro.