Cuando se corta el cordón umbilical, queda un muñón que se ennegrece y se va secando hasta desprenderse, lo que conocemos como la caída del ombligo o del cordón. Pero, no hay una fecha exacta, pero el cordón umbilical que está pinzado en el recién nacido se desprende habitualmente durante la segunda o la tercera semana de vida. Sin embargo, es posible que el cordón no se caiga hasta el mes de vida, aunque si se acerca esa fecha y no se ha desprendido podemos consultar al pediatra para que valore la situación. En cualquier caso, jamás se debe estirar para acabar de desprender el ombligo, ni aunque el hilo a que haya quedado reducido sea muy fino, pues se podría ocasionar una hemorragia. Es posible que sangre un poco al desprenderse de forma natural, pero en ese caso la hemorragia se detiene por sí sola inmediatamente. La cicatrización de la herida que queda suele producirse entre tres y cinco días después de la caída, aunque entre tanto hay que seguir realizando las curas para lograr un perfecto secado. Como vimos, el sangrado leve en el ombligo del recién nacido es normal, y una vez se ha caído el cordón puede haber restos de sangre seca en los pliegues del ombligo. Tras la caída hay que seguir realizando las curas porque el riesgo de infección persiste hasta que el ombligo no haya cicatrizado totalmente. Por lo tanto hay que seguir con los mismos cuidados y vigilancia hasta que se complete el proceso de cicatrización, especialmente en los llamados "ombligos amnióticos", en los que la piel no sobresale sino que quedan hundidos, porque eso hace que estén menos ventilados y sea además más difícil valorar su estado. En cualquier caso, más que preocuparnos por cuándo se caerá el ombligo, hemos de poner atención en su correcta cura, limpieza y secado, con los consejos que hemos visto en alguna ocasión.