Pueden ser cambios en el comportamiento, dolor de cabeza, alteraciones en el sueño, somnolencia, mareo, temblor, síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos, diarrea, erupción cutánea, cansancio, agitación, sequedad de boca y dolores musculares. En tratamientos a largo plazo puede haber alteraciones de la mineralización ósea.