El organismo tiene dos tipos de inmunidad, la innata que es la función de ciertas células en el cuerpo que reconocen patógenos desde la primera vez que se tiene contacto y generan una memoria para que en caso de que vuelva a estar en contacto con ese patógeno vuelvan a actuar. La otra es la inmunidad adquirida que es cuando ya se ha hecho memoria de ese patógeno que entró por primera vez al cuerpo y se ataca más rápido. Por ejemplo, las vacunas dan inmunidad adquirida.