Generalmente los procesos diarreicos en los niños son de origen viral, por lo tanto el tratamiento es sintomático, es decir: Uso de suero de rehidratación oral y probióticos, dejar los antipiréticos solo en caso de fiebre. La idea es reponer las pérdidas que se producen por las evacuaciones diarreicas para de esa manera evitar la deshidratación, es importante precisar la cantidad que evacúa, la consistencia y la frecuencia, además de vigilar la presencia de sangre y/o moco en las heces que haga sospechar la presencia de bacterias o parásitos. Lo ideal sería hacer un examen de heces seriado (3 días consecutivos) para precisar el diagnóstico. En caso de alguna anormalidad de las mencionadas, se debe acudir a evaluación pediátrica.