El trasplante hepático no es un tratamiento, ya que la causa de esta patología es que no se forma una enzima necesaria para degradar la trimetilamina. La mayoría de pacientes adquieren un buen control evitando los alimentos que contienen trimetilamina o en ocasiones con distintos tratamientos farmacológicos. Se recomienda consultar a un genetista para que puedan hacer una aproximación completa y referir a los especialistas necesarios.