Las alergias a ácaros y polvo se manejan, en gran medida, con limpieza e higiene del hogar: Aspirar la casa de forma frecuente. Lavar la ropa de la cama con agua caliente para eliminar al 100% los restos de ácaros. Limpiar el polvo con trapos húmedos. Es muy importante intentar levantar el menor polvo posible. Evitar muñecos de peluche o otros objetos que por su composición puedan atraer polvo y ácaros. El dormitorio es la habitación más importante. Hay que aumentar las precauciones, eliminado cualquier material en el que se pueda depositar polvo, utilizando superficies que lo repelan (colchón y almohada de material acrílico). También es importante controlar la humedad del ambiente dentro de la casa, un purificador de aire si puede llegar a funcionar en este caso y si la casa tiene mascotas, los ácaros se pueden depositar en el pelo del animal. Por ello, hay que cepillar su pelo y aumentar la higiene.