El dolor puede ser por desgaste articular, malas posiciones, uso de calzado inadecuado, es necesario descartar inflamación de las piernas por insuficiencia venosa, sobrepeso u obesidad, lo cual aumenta el dolor. Si se empieza a presentar limitación para caminar o las funciones del día a día, es recomendable que se acuda a una valoración presencial.