Es normal que los niños empiecen a explorar su estado de ánimo, qué les molesta y qué no, sin embargo, se deben poner límites y no se debe acceder a todas sus exigencias. Debe haber una voz de mando en casa y una imagen que ellos deben respetar. Recordar que no se es amigo de su hijo sino su padre, por lo tanto, cuando hay que decir No a algo, se debe cumplir con la palabra. En caso de que persistan los golpes, es mejor que se consulte a psicología infantil para que lo ayuden a modular estos comportamientos.