En la mayoría de mujeres el himen es una membrana que tiene un orificio en el centro, pudiendo variar en su forma entre mujer y mujer, algunas de ellas en lugar de un solo orificio, tienen varios y hay algunos casos en los cuales es imperforado (no hay orificio).
Clínicamente no es posible determinar con certeza si el himen se ha roto por la penetración durante una relación sexual o al recibir un trauma directo, por ejemplo por una caída. Se puede sospechar que fue roto por la penetración si la ruptura fue más grande, pero si el trauma fue importante también podría generar una gran herida.
De forma espontánea o "natural" no existe razón para que el himen se rompa, pues se necesita ejercerse una fuerza para destruir los tejidos. En las niñas es frecuente que por golpes se genere daño del mismo.
En casos de violación o penetración forzada se suelen provocar peores lesiones en el himen, que pueden asociarse a otras como fisuras o estigmas físicos de violencia, los cuales pueden ser identificados por el médico general o médico legista.